A principios de invierno de 2019, realizamos en casa un taller en el que elaboramos un par de comederos con material de manualidades del chino y un poco de cola. Estos consistian en una plataforma bordeada por varios palos tipo palo de helado entre los que se dajo espacio para que drenara la lluvia y colocado en lo alto de un palo cilindrico más largo. Estas se rellenan con la mezcla casera de comida de pajaros y se pueden colocar o bien clavadas en el suelo (ojo con gatos y otros depredadores) o sujetas con bridas a alguna verja o valla.
Como se aprecia en las imágenes estos comederos han funcionado y varias especies de aves han venido a alimentarse a ellos durante los frios meses de invierno.
Imagenes de los comederos una vez instalados. Hemos observado que el lugar de colocación es clave para que funcionen. En el instalado en el parque la comida desaparecia en uno o dos días, pero en el de nuestra terraza paso un mes sin que tocasen nada. Quizás los gorriones y colirrojos de la zona urbana no gustan de la mezcla que le preparamos y como lo hacen los carboneros y petirrojos del parque.
Un petirrojo y un carbonero alimentandose en el comedero que hemos colocado a modo de bonito recuerdo sobre la tumba de Donatello, nuestro pez al que tuvimo que sacrificar por culpa de un tumor.
Además también hemos realizado un segundo tipo de comedero con botellas de leche recicladas , un par de palitos y un alambre. La elaboración es muy sencilla e ideal para realizar con niños ya que solo hay que realizar 3 o 4 ventanas simetricas a media altura de la botella para que las aves puedan introducir la cabeza, realizar unos orificios en la base para que drene en caso de lluvia, colocar unos palitos justo debajo a tráves de un orificio para que se puedan posar (los hemos fijado con una pistola de silicona) y un alambre para colgarlo de una rama. Además los pintamos para camuflarlos con pintura acrilica (solo el exterior) y de esta forma se reduce el impacto visual, pasan desapercibidos a la gente y son mejor aceptados por las aves. Este modelo nos ha funcionado incluso mejor que el anterior y en los frios días de invierno la comida desaparecia en dos o tres días. Al principio pensabamos que quizás fueran las urracas las que acaparaban todo, pero gracias al hide hemos comprobado que tanto petirrojos como carbonero lo utilizan.
Uno de los tres comederos colgantes que tenemos instalado. Como se aprecia gracias pasa desapercibido entre la vegetación.
Víctor M. Campa, 2 de Abril de 2020.